Un nuevo libro de parodias de humor (José Carlos Bermejo)

Un nuevo libro de parodias de humor (José Carlos Bermejo)

Nos tiene muy mal acostumbrados Enrique Gallud Jardiel. Estamos ante uno de los escritores más prolíficos de los últimos tiempos en España, y no exagero. Se pierde fácilmente la cuenta de los libros que ha publicado, en diferentes sellos editoriales, en los últimos tiempos: El arte de hacer de todo, Historia Estúpida de la Literatura, El dicurso insoportable, … vamos un no parar literario…

Si nos dejó una gran novela, no hace apenas ni un mes, con Los Dioses Dormidos, separada de sus trabajos más habituales; vuelve a la temática en esta sátira de humor titulada: “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo”, recién publicada.

Se trata de un “ejercicio de humor que hace honor a su título”. Como se afirma en las palabras que acompañan a este ensayo, Enrique Gallud Jardiel busca encontrar en la literatura un motivo de disfrute y no una obligación social llena de convenciones; que el lector conozca de primera mano grandes (y supuestas) obras literarias desde el punto de vista más cómico, irónico y entretenido posible.

Este ensayo se concentra en una serie de parodias literarias breves y escritas en verso, en prosa o en forma de diálogos teatrales, forma en la que Gallud Jardiel disfrutó de la lectura en la infancia, tal y como contara en la última presentación de su libro Los Dioses Dormidos. Proviene de una familia con un largo bagaje teatral y eso, libros de teatro, abundaban en su hogar.

Textos rabiosamente cómicos

En “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo”, el lector podrá encontrar cómo “se le toma el pelo a grandes libros, desde Crimen y castigo hasta las tan populares Cincuenta sombras de Grey

Considera Gallud Jardiel que “si queremos conocer la literatura anterior a la aparición de los dispositivos móviles, la cosa no puede hacerse sin anestesia previa”. En “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo” encontraremos la simplificación de textos celebérrimos que para el lector actual resultan complicados y oscuros, obtusos y, sobre todo, muy largos. Ya no queda tiempo para novelones de 600 páginas que hablan de un tiempo alejado de nuestra realidad inmediata y necesitada de otro tipo de estímulos que no sean aburridas descripciones y circunloquios vanos… y menos para leerlas en el móvil.

Como dice Gallud Jardiel, historias “que les parecen muy complicadas a los de nuestra generación, pese a que nuestros bisabuelos y tatarabuelos los entendían perfectamente”.

Así es que, ya saben, si quieren conocer de primera mano el contenido de grandes historias de la literatura, y reírse un buen rato, acudan a las páginas de “Séneca, Quevedo y otros plastas por el estilo”. Además de encontrar Crimen y Castigo, podrán deleitarse con alguna “farsa de cornudos” escrita por Lope de Rueda; o la Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano, “un libro del que doscientos años después de su publicación aún no nos hemos podido librar”; o alguna que otra comedia escrita por Lucio Anneo Séneca, brevísima “porque al protagonista lo matan enseguida”.