¡Guaug! (A cara de perro) – Reseña

¡Guaug! (A cara de perro) – Reseña

Ánzoni Martín: ¡Guaug! (A cara de perro), Pez de Plata, Oviedo, 2021, 134 págs.

 

Estamos ante un libro de perros o —como especificaría un romano declinando— un libro que trata de perros, ¡perros!, perros, de los perros, a los perros, para los perros, con los perros, desde los perros, hacia los perros, sobre los perros, con los perros y otros ablativos que no incluimos por no cansar.

No cansar: la suprema virtud literaria (y artística, pues puede aplicarse también al cine o al ballet). Ánzoni la posee en extremo y es un don, pues no es algo que se pueda aprender. Usar la prosa tan bien como él lo hace está fuera del alcance de la mayoría de los mortales (y de muchos inmortales, si hemos de creer a Homero cuando transcribe los diálogos de los dioses que asoman la gaita por sus epopeyas). Esta obra es, pues, meritoriísima. (Y el que contenga un póstlogo mío no le perjudica en nada, la verdad sea dicha.)

Bien es cierto que nuestro autor (y el de ustedes) juega con ventaja, pues ha tomado como tema una de las más perdurables maravillas del mundo antiguo o moderno: esas criaturas mágicas llamadas perros que los dioses les dieron a los hombres para compensarles de la pobreza, de las guerras, del cáncer de colon y de la picadura de los escorpiones malayos. Así, cualquiera. Porque los amantes de los perros somos muchos y a todos nos encantará este libro (a mí ya lo ha hecho), pese a ser la obra literaria con más pulgas por centímetro cuadrado.

Nada más diré del libro, sino que la vida es muy corta y no hay que dejar pasar de largo las ocasiones de obtener felicidad, en este caso con la lectura.

En cuanto a Ánzoni puedo decir que es un escritor con toda la barba, como atestiguarán lo que le conozcan. Es —conmigo— uno de los socios fundadores de la «Asociación Punto y Coma», una entidad sin ánimo de lucro que tiene como fin la protección y difusión de los signos de puntuación. Ha de saberse que para seguir perteneciendo a dicha asociación es obligatorio el empleo adecuado de las comas y los acentos y que cualquier error en este sentido significa la expulsión inmediata del infractor gramatical. A Ánzoni todavía no lo han echado, lo que implica que sabe escribir mucho mejor que la inmensa mayoría de los mortales.

Además, su estilo es impecable: maneja las mejores frases que el dinero puede comprar y sus párrafos están construidos «a torno», con una perfección estilística fuera de toda duda. (Pensaba citar aquí, como ejemplo paralelo de buen estilo, a Gabriel Miró, pero luego he considerado que igual el Sr. Miró no acudía a la cita, por tener cosas más importantes en qué ocuparse.)

Ya saben: lean este perruno libro y únanse así a las gentes que aman a estos animales y se ocupan de ellos, que son la crema, la nata y las virutas de chocolate de la humanidad.