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Oficios que no valen la pena

Published Date:

9788494903827

Descripción

Desde el principio de los tiempos, los hombres han hecho cosas, no me lo negarán. Se han dedicado a una u otra actividad, con distintos grados de entusiasmo, hay que reconocerlo. La mayoría asegura que la profesión más antigua del mundo es ésa que ustedes saben. Otros disienten. Jardiel Poncela afirma que el oficio primero fue la de picapedrero, pues en la Edad de Piedra todos se dedicaban a eso. Schopenhauer, por el contrario, insiste en que la profesión más antigua y más frecuente es la de imbécil redomado. No sabemos si calificar la imbecilidad como oficio propiamente dicho, pero si lo es, entonces estamos plenamente de acuerdo con Schopenhauer. Bien es verdad que, por ser idiota, no te pagan, salvo que seas uno de ésos a los que el gobierno de turno pone al frente de algún proyecto cultural. Pero hay oficios en los que no se cobra y no por eso son menos importantes o dejan de tener su valía.

Hay quien dice que, si no cobras, no eres un profesional, sino sólo un aficionado y que, por ende, lo que haces se trata sólo de un hobby y no de una labor seria. Disentimos. Si esto fuera así, Van Gogh no fue pintor (porque no vendió cuadros), Garcilaso de la Vega no fue escritor (porque escribía gratis sus sonetos) e Isaías no fue profeta (porque nadie le quiso pagar nada por sus augurios). Nosotros defendemos la postura de que si dedicas la mayor parte de tu tiempo a perderlo de una u otra manera, ése es tu oficio y no hay que darle vueltas.

Por eso, en esta recopilación de oficios más o menos asquerosos se incluyen los más convencionales junto a los más raros y pintorescos. Todos son interesantes, siempre y cuando no tengas que ejercerlos y los puedas contemplar desde una distancia prudente. Porque, aunque nadie lo reconozca, el oficio que todos los seres humanos más desean desempeñar es ninguno.