Reseña de «Mortus est Almanzor», de Luis de los Llanos Álvarez

Reseña de «Mortus est Almanzor», de Luis de los Llanos Álvarez

Luis de los Llanos Álvarez: Mortus est Almanzor, Ápeiron Ediciones, Madrid, 2018, 356 págs.

 

Si la novela es el género más complejo —pues han de manejarse muchos resortes y saber emplear descripciones y diálogos en justa proporción—, la novela histórica lo es mucho más y está destinada a sufrir un escrutinio bastante más severo por parte de lectores y críticos. En ellas es algo extremadamente complicado conseguir el equilibrio entre el dato objetivo y la creación. Si se abusa del primero, la obra puede adolecer de falta de calidad literaria; el empleo excesivo de la segunda es susceptible de provocar el desprecio cuando no las iras de los especialistas, que asegurarán que la historia «no sucedió exactamente así». El libro de Luis de los Llanos consigue satisfacer a ambas partes; al lector «sano» y al conocedor meticuloso.

No es la primera novela del autor en este registro. Ya nos ha dado ¡Dios lo quiere!, sobre la Primera Cruzada; Cinco reinos, sobre la batalla de las Navas de Tolosa; Marranos, sobre la expulsión de los judíos ordenada por los Reyes Católicos; Carne de gallina, sobre el desembarco en Alhucemas durante la guerra de Marruecos, o Alesia, sobre la quinta guerra de las Galias, aparte de otros textos. En el presente volumen, Luis de los Llanos centra sus habilidades narrativas en la muy polémica pero siempre atractiva figura de Almanzor, que de ser un simple escribano, ascendió a los más altos de poder y controló omnímodamente la Córdoba califal desde el 978 al 1002 como gobernante de facto.

La más o menos justificada obtención del poder es siempre apasionante, pues tras ella suele encontrarse personalidades fuertes, atrayentes, inteligentes y ambiciosas, características que resultan tremendamente eficaces en una obra de ficción. Almanzor, por sus hechos de armas y por sus intensas pasiones, es ya un personaje literario de por sí, que proporciona multitud de sugerencias y de efectos cuando se le da cabida en una trama novelesca. El autor, al dedicar su libro a esta figura tan inquietante y de actos tan trascendentes en la historia, ha elegido bien.

La novela nos habla de los triunfos de Almanzor y del respaldo oculto pero continuo que le proporcionaron las varias mujeres que determinaron su vida. Nos describe las frecuentes intrigas palaciegas que tuvieron lugar y las complicadas relaciones humanas de aquella elite que gobernó la ciudad en tiempos harto complicados y peligrosos. Incide en las capacidades bélicas del caudillo andalusí y nos adentra en esa España remota —y mal o poco conocida— pero que vivió momentos del más extremo esplendor.

Se trata de una novela densa; no en su estilo, que es claro y directo, sino en la intensidad de los aspectos que trata. El autor ha sabido mantener a lo largo de sus 350 páginas un tono adecuado y sin altibajos, manejando los diálogos con suma destreza. Esta documentada obra, que nos permite conocer desde dentro la vida en las cortes del Al-Andalus musulmán, obtuvo merecidamente el Premio «Rrose Sélavy» de Novela Histórica convocado por Ápeiron Ediciones, en el mismo año de su publicación. Los amantes de este subgénero narrativo disfrutarán de su ficción y aprenderán de su historia.